Gabo habla de su amor y su respeto hacia la mujer que lo ayudo a ser quién es hoy.
Por: ALEJANDRA MONTENEGRO P.
“Lo que podía ser motivo para otro libro interesante, sería cómo sobrevivimos Mercedes y yo, con nuestros dos hijos, durante ese tiempo en que no gané ni un centavo por ninguna parte. Ni siquiera sé cómo hizo Mercedes durante esos meses para que no faltara ni un día la comida en la casa”
El discurso pronunciado por el Nobel en el IV Congreso Internacional de la Lengua Española, realizado en Cartagena, Colombia, fue prácticamente un homenaje a su esposa, Mercedes Barcha.
Ésta mujer fue exaltada por aquel hombre con quién convive desde hace muchos años, con un tono de agradecimiento por el apoyo recibido durante los años difíciles por los que tuvo que pasar el escritor de Cien Años de Soledad, antes de convertirse en el representante de la literatura, de Colombia, ante el mundo entero.
García Márquez se mostró muy honrado por el homenaje en la ciudad amurallada, así como muy contento por encontrarse rodeado de sus colegas y amigos, además de personalidades como los Reyes de España, el presidente de Panamá, y el ex presidente de los Estados Unidos Bill Clinton.
Con humildad y sencillez, captó la atención de los asistentes al evento, resaltando que se asombra con la cantidad de gente y de lectores a los que logró llegar su escrito más conocido, y el que más tiempo le llevo.
Abrió las puertas a esa intimidad que lo inspiró a escribir como dice él con “nada distinto que mis dos dedos índices golpeando, una a una y a buen ritmo, las 28 letras del alfabeto inmodificado que he tenido ante mis ojos durante estos setenta y pico de años”.
Con esto queda más que demostrado que definitivamente detrás de cada gran hombre hay una mujer mucho más grande, que se encarga de sostenerlo cuando dicho hombre, se deja caer.
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