lunes, 14 de mayo de 2007

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GABRIEL GARCÍA MARQUEZ

Gabriel José García Márquez nació en Aracataca (Colombia) en 1928. sus estudios secundarios fueron en el colegio San José a partir de 1940 y finalizó su bachillerato en el Colegio Liceo de Zipaquirá, en 1946.

Se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cartagena el 25 de febrero de 1947. Su amistad con el médico y escritor Manuel Zapata Olivella le permitió adherirse al periodismo. Inmediatamente después del "Bogotazo", comenzaron sus colaboraciones en el periódico liberal El Universal, que había sido fundado el mes de marzo de ese mismo año.

Había comenzado su carrera profesional trabajando desde joven para periódicos locales; después residiría en Francia, México y España. En Italia fue alumno del Centro experimental de cinematografía.

En 1961 publicó El coronel no tiene quien le escriba, relato en que aparecen ya los temas recurrentes de la lluvia incesante, el coronel abandonado a una soledad devastadora, a penas si compartida por su mujer, un gallo, el recuerdo de un hijo muerto, la añoranza de batallas pasadas y... la miseria.

El estilo breve, hosco y breve, produce unos resultados sumamente eficaces. En 1962 reúne algunos de sus cuentos -ocho en total- bajo el título de Los funerales de Mamá Grande, y publica su novela La mala hora. Pero toda la obra anterior a Cien años de soledad es sólo un acercamiento al proyecto global y mucho más ambicioso que constituirá justamente esa gran novela. En efecto, muchos de los elementos de sus relatos cobran un interés inusitado al ser integrados en Cien años de soledad.

En ella, Márquez edifica y da vida al pueblo mítico de Macondo (y la legendaria estirpe de los Buendía): un territorio imaginario donde lo inverosímil y mágico no es menos real que lo cotidiano y lógico; este es el postulado básico de lo que después sería conocido como realismo mágico.

Gabo, como le dicen sus más allegados amigos, se destaca como un hombre, sensible, sincero, noble, “mamagallista” y como se define a si mismo, un hombre común y corriente que no sabe hacer anda más que escribir.

Siempre acompañado de su amada esposa, y de esos recuerdos que lo llenan de nostalgia el hombre del Nobel colombiano, solo se denomina como alguien luchador, alguien que decidió llegar lejos con el mágico don de las letras y con mucho esfuerzo, hoy agradece el lugar en donde esta, gracias a los miles de lectores que quisieron entrar en su mundo, por medio de sus libros.

Este es Gabo, un hombre lleno de riquezas invaluables, un hombre de sentimientos indescriptibles, un hombre que escribe con el corazón.
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Andrés Rojas, caricaturista.

¿Porque trabajar en la feria del libro?
v La feria del libro es una gran oportunidad para dar a conocer este tipo de arte.

¿La caricatura es un don o algo aprendido?
v Yo creo que de los dos, tiene algo la caricatura; pienso que es un don que debes aprender a pulir, para que te de frutos en el futuro.

¿Qué estas haciendo en este momento?
v Una caricatura del nombre de este tipo (Juan David Dussan), en letras chinas con algo de humor.

¿Qué te llama más la atención de la feria’
v El que vengan personas de todas las partes del mundo, porque mi trabajo se internacionaliza (risas).

¿Qué le cambiarias tu a la feria?
v De pronto el que casi no dejan participar a gente como yo, sin empresa, gente que busca aventurarse para gana algo de plata.

¿Comentario de la feria?
v Que ojala venga mucha más gente y disfrute de estos eventos, y que me compren cositas (risas).

¿Porque hacer caricaturas?
v A mí siempre me ha gustado criticar de cierta forma, hasta que encontré la mejor manera de hacerlo sin herir a los demás, implicando mi punto de vista.
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ENTREVISTA


1) Juan David Dussan, asistente a la feria.

¿Porque decidiste asistir a la feria del libro?
v Por que es de las pocas actividades culturales que se hacen en esta ciudad y que fomentan la lectura.

¿Que te llamo mas la atención?
v La verdad no hubo nada que me llamara la atención.

¿A que conferencia asististe, y si no asististe por que no?
v No asistí por que no estaba informado, sobre la temática de las conferencias.

¿Que compraste y porque?
v Unos afiches y unos libros para mis tías, por que me gustaron.

¿Que cambiarias de la feria?
v Que incentiven más la gente para que asista a la feria. Y que todos los que asistan tengan opción de comprar libros, por que la verdad están muy caros.

¿Que es lo que más recuerda de la feria?
v El pabellón de Gabriel García Márquez.

¿Comentario final sobre la feria?
v Este año no hubo algo que me llamara mucho la atención, y los libros estaban muy caros y ninguno se me hizo interesante.
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¿COLEGIOS EN FERIA?

Cada día los espacios educativos en Bogotá se abren más para la mente hambrienta de los jóvenes estudiantes. Que no se conforman con nada si verdaderamente no les llena por completo las expectativas sobre un tema.

En tiempos pasados, las visitas a las instituciones eran la única manera de enterarse de lo que el mundo ofrecía para los pequeños ávidos del conocimiento.

Las cosas han cambiado, y con ello, la manera de enseñar a un niño, una gran cantidad de valores y de herramientas para defenderse en esta jungla de asfalto; ahora ellos visitan a los protagonistas.

Recorriendo la Feria del Libro, pude notar, que por lo menos un 80% de los visitantes a ésta, esta conformado por niños de colegios y estudiantes universitarios, en busca siempre de algo, no por curiosear.

Esta manera de llegarle a los jóvenes y niños, para que logren adaptar a sus vidas un hábito diario de lectura; le permite a los adultos y profesores abrirle los ojos hacia un nuevo mundo de posibilidades que se basan solo en el conocimiento y en análisis de la realidad en la que se desenvuelven diariamente.

Es visto, que a los niños, por ser seres curiosos, con deseos de experimentarlo todo, no les interesa en lo absoluto la cátedra y la teoría si no existe una manera practica de demostrar lo que aprende.

Por eso, es que creo que las visitas a ferias como estas, permiten y estimulan en los niños, valores y actitudes propias resultado de el propio conocimiento y de lo que se obtiene en las experiencias de cada uno.

En corferias, de manera muy inteligente, se crearon “planes” con actividades, entradas a charlas interesantes para los niños, con el único objetivo de no aburrirlos, pero si lograr que estos ponga su atención a la lectura, para disminuir las tan latas cifras de analfabetismo e ignorancia en Colombia.

Como estudiante apoyo completamente este tipo de salidas “pedagógicas” siempre y cuando el centro de atención sea el niño o el adolescente y no las ventas de los artículos, como en este caso, los libros.

Y siempre y cuando se tenga la garantía de que la información recibida en estos eventos, sea lo necesariamente positiva, como para formar los hombres y mujeres del mañana que pide el futuro del país a gritos.
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MÁS ALLÁ DE LOS LIBROS


Es un día como todos, bueno, no tanto. Hoy Gladys Ramírez se levanta para trabajar en la feria internacional del libro en bogota, ella junto a muchas de sus compañeras hace parte de la Industria de Mantenimiento SIMAT que se encarga de asear los pabellones, los baños y la zona de las banderas en Corferias.

Gladys es la encargada de las unidades como ellas las llaman; ella entra a las 8:00am y comienza labores a eso de las 8:30am, para que cuando entren los lectores a las 9:00am, todo este completamente reluciente.

Trabaja en esto desde hace mas de 7 años, y aunque admite no ser muy adicta a la lectura, aclara que a veces se pega una pasadita cuando esta de turno, para ver los espectáculos sobre los libros, en el

pabellón para niños, Rafael Pombo.

“A veces la gente piensa que esto es un trabajo denigrante, pero lo que no saben es que uno en esto puede darse cuenta de todas las cosas que trae una nueva feria y aunque soy de las pocas que llega temprano, me gusta porque veo la feria antes y después de que llegue todo el mundo”

Esta profesional del aseo, odia madrugar y cree que es lo único que envidia de las demás que trabajan con ella; porque “el trabajito de las otras es peor que el mío (risas), ellas deben hacer su trabajo muchas veces, porque la gente en muchos casos no colabora”

Las compañeras de Gladis, esta ingresando un poco mas tarde, ya que ellas se encargan de los pabellones, los patios, las plazoletas y el sitio de las banderas; a eso de las 9:00am para
empezar a trabajar a las 9:30am.

El día no es pesado, pero si trabajoso, Gladys, se encarga de limpiar los inodoros, los lavamanos y de poner el papel adecuado en cada baño.

“lo más feo de este trabajo, es que a una la miran mal y ni las gracias le dan…”; sin embargo ella lo hace para sacar adelante a sus hijas, Paola y Constanza, a las que por el contrario de su mamá, si les encanta la lectura y dice que se sienten orgullosas de saber que su mamá trabaja allí por ellas.

El día de trabajo termina a eso de las 8:00pm, aunque para estas mujeres, elementos de SIMAT, es un día lento y arduo, solo pueden pensar en irse a descansar y en preparase para el día siguiente, un día mas en el que podrán su granito d arena, para limpiar esta sociedad.
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RECORRIENDO OTRO MUNDO


Por estos días el plan de moda es visitar la feria del libro, así que me fui a ver que era de lo que tanto hablaba la gente; llegue a eso de las 10:30am el martes y me percate de una corta fila a la entrada, contrario a lo que suponía.

Haciendo la fila, la gente hablaba, comentaba y la cara de expectativa en los niños de los colegios, llenaban a cualquiera de un entusiasmo que afanaba las ganas de entrar.

Dentro; las plazoletas y el sitio en sí, enormes, con colorido, bombas y aunque era temprano, ya a las 11:00am, se escuchaba la bulla de los pabellones y de los niños corriendo.

La sala para la comida, se alistaba para los hambrientos lectores que no solo devoraban libros, si no que almuerzan para retomar energía y volver a lo que los trajo hasta acá, los libros.

Di vueltas alrededor de 20 minutos, y nada lograba captar mi atención, hasta que recordé el lugar del que tanto hablaba mi amiga, el pabellón de los niños.

Éste es un lugar con mesas pequeñas y con padres leyéndole libros a sus hijos, con cuentos infantiles, fabulas e historias maravillosas; un lugar más mágico que los hechizos de las propias hadas descritas en los cuentos.

La energía manejada dentro de ese recinto le permite a cualquiera que entre, sentirse como un niño de nuevo, son importar su edad; le hace aflorar un sonrisa por más cansado que este de caminar.

Pasaron las horas y me dedique a ver pasar a la gente, a estudiar de cierto modo su rostro de gusto, ese que expresaba el gusto cuando salían de cualquier pabellón
con libros nuevos; entendí porque ahora bogota es el centro del mundo en cuestión del libros.
Tuve que abandonar ese maravilloso mundo de palabras y cuentos, de escritores de antaño y de novatos al mismo tiempo, de niños con sus padres y de adultos jugando a ser niños.

El atardecer oscureció el gran arco emblema de Corferias, invitando a descansar para regresar al día siguiente en busca de mayores aventuras, aunque éstas solo fueran las plasmadas en los libros.
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Mario Mendoza

Mario Mendoza (Bogotá, 1964) estudio Letras en Bogotá y se graduó en Literatura hispanoamericana en la Fundación José Ortega y Gasset de Toledo.

Dictó clases de Literatura durante más de diez años y ha publicado las novelas La ciudad de los umbrales (1992), Escorpio City (1998), El viaje del Loco Tafur, Satanás (Seix Barral, 2002), Premio Nacional de Literatura por el Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Colombia en 1995.

Escritor obsesivo, amante de las historias de la otra cara de su Bogotá, estudioso de la frágil política de su país, al cual ve como algo hermoso pero si estructura fija.

Analítico, detallado y sobre todo un ser cauteloso y muy reservado, observador y muy estricto con lo que quiere hacer, y con lo que quiere que le llegue a la gente.

Sensible, como todo artista, dedicado y perfeccionista; “Siempre me gusta premiar, es una de las cosas que más disfruto porque noto la alegría de quien recibe el premio, sé cuánto silencio y cuántas noches hay detrás de su esfuerzo, y espero que en esta ocasión premiemos a un escritor de extensión, de buena madera, a alguien a quien tengamos que leer en los años venideros, lo cual sería un placer porque sería adquirir o conquistar un colega más”.

Dentro de lo poco que lo asusta, esta ese silencio en cada persona, esta también el encierro mental que tiene muchas personas por creerse incompetentes, la falta de seguridad y de ímpetu a la hora de hacer cualquier cosa de actividad humana

Es una persona que tiene una visión de la realidad muy negativa, el mismo dice que no cree en el progreso, exceptuando aquel al que van a llegar las maquinas.

Esto en resumen es Mario Mendoza, un colombiano que se gana la vida, viendo a su país desde otro punto de vista y reflejándolo en historias con muchos significados.